Próxima ya la primavera, que nos abordará pertrechada como suele; de verde foresta, fragancias incesantes, campos irisados y Eolo aplacado, queremos dedicar este animoso poema a los amigos senderistas del Club Colloquium.
Andando, andando;
que quiero oír cada grano
de la arena que voy pisando.
Andando, andando;
dejad atrás los caballos,
que yo quiero llegar tardando
-andando, andando-,
dar mi alma a cada grano
de la tierra que voy pisando.
Andando, andando.
¡Qué dulce entrada en mi campo,
noche inmensa que vas bajando!.
Andando, andando.
Mi corazón ya es remanso;
ya soy lo que me está esperando
-andando, andando-,
que me está el corazón besando.
Andando, andando;
¡Qué quiero ver todo el llano
del camino que estoy cantando!.
Juan Ramón Jiménez.
Carpe Diem.
Sergio.