Juan Ramón Jiménez. La flor y el verso. Febrero de 2022.

   Para Juan Ramón Jiménez su obra poética era sustancia nacida plenamente de su vida. El poeta afirmaba que había derramado su vida en ella: Yo he ido pasando día a día mi vida a mi obra. ¿Morir?, yo no he de ser enterrado. A la tierra no irá más que mi cáscara.

 

Vino cantando y riendo

sofocada por el sol,

con la primera magnolia

que en nuestro jardín abrió.

 

Quiso que yo la mirara,

y por mirar la flor,

murió un verso que nacía

de mi helado corazón.

 

Me enfadé, porque mi alma

que su lágrima perdió

ama más bien una rima

perfumada que una flor.

 

Ella se fue: yo, soñando

con el verso que murió,

me puse a mirar el cielo

por el abierto balcón.

 

Estaban regando el parque

y de las rosas subió

una ráfaga suave

de fragancia y de frescor.

 

Y mis ojos vieron que ella,

entre las rosas y el sol,

estaba sola en un banco

deshojando aquella flor.

 

Mis ojos la acariciaron:

la pobre se levantó

y se perdió entre los árboles

para venir por mi amor.

 

Juan Ramón Jiménez.

 

 

Carpe Diem.

Sergio.