Sor Juana Inés de la Cruz, española nacida en el virreinato de Nueva España en el siglo XVII, fue una de las primeras defensoras de la mujer -la primera feminista de América-. Abogó por la inteligencia innata de la mujer: Que manifiesto es que más a mano viene a la henbra ser elocuente que no ser fuerte, e más onesto la es ser entendida que no osada, e más ligera cosa le será vsar de la péñola (pluma de ave utilizada para escribir) que del espada.
Brilló por su erudición en diversas disciplinas e ingresó en la vida religiosa, probablemente para gozar de cierta libertad según se deduce de sus palabras: Vivir sola... no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros.
¿En perseguirme, Mundo, qué interesas?.
¿En perseguirme, Mundo, qué interesas?.
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?.
Y no estimo tesoros ni riquezas,
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que vencida
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida*, * falsa, engañosa.
teniendo por mejor en mis verdades
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
Sor Juana Inés de la Cruz.
Carpe Diem.
Sergio.