El mejor homenaje al Cine solo puede tomar forma de celuloide. Así debían pensar los creadores de esta maravillosa película y así lo celebraron cuando, perdida ya en el tiempo su edad de oro, la televisión y el vídeo se afanaban en empequeñecer su figura y sustraerle el protagonismo que mantuvo durante gran parte del siglo XX, y antes de que la internet lo aprisionara en una minúscula pantalla y le arrebatara el favor de las nuevas generaciones.
La magia del Cine embelesa a los habitantes de un pueblito italiano de las décadas de 1940 y 1950. En este encantamiento que vive el pueblo destaca el entrañable vínculo, sustentado en el séptimo arte, que se crea entre un proyectista y un niño, vínculo que sirve de hilo conductor de la narración. Desde principio a fin, el Cine es el protagonista indiscutible de la historia y, como no, su eje vertebrador se sitúa en la sala de cine del pueblo que es hábilmente utilizado para la presentación de la mayoría de los personajes y de la realidad social de la época.
Se agradece la falta de glamur y pronunciado sentimentalismo, que posiblemente prevalecería en una versión estadounidense, y la ascendencia del realismo y lo popular, tal vez por influjo del neorrealismo italiano. De esta forma, son los acontecimientos resultantes de la gran atracción que sienten unos aldeanos por el Cine los generadores de sentimientos en el espectador actual, tan alejado ya de esa pasión.
Así, más atemperada quizá, era nuestra relación con el Cine -algo que afortunadamente yo llegué a vivir en las sesiones matinales del Zayla, mi cine de barrio, mi Cinema Paradiso- antes de que éste se convirtiera en un artículo de consumo más, y así es como se refleja. Se trata de un vivido y sincero discurso de alabanza del Cine en el que se prioriza su esencia, ese trocito de corazón que nos arrebata, no en vano se rodó en el pueblo donde nació su director y guionista.
Sólo me queda por decir que he visto magníficas películas con finales desastrosos, darles fin no es tan fácil como parece, sin embargo, el final de Cinema Paradiso es uno de los más originales y emotivos que conozco.
Producción italofrancesa de 1988.
Dirección y guión: Giuseppe Tornatore.
Música: Ennio Morricone.
Fotografía: Blasco Giurato.
Reparto: Philippe Noiret, Salvatore Cascio (Totó niño), Marco Leonardi (Totó joven), Jaques Perrin
(Totó adulto), Agnese Nano, Brigitte Fossey, Antonella Attili, Leo Gullotta, Leopoldo
Trieste, Pupella Maggio, Isa Danieli.
1989: Premios Oscar: mejor película de habla no inglesa.
1989: Premios Globo de Oro: mejor película de habla no inglesa.
1989: Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes.
1989: Premios del Cine Europeo: mejor actor (Philippe Noiret).
1990: Premios Bafta: mejor película de habla no inglesa, mejor guión original, mejor música
original, mejor actor (Philippe Noiret), mejor actor de reparto (Salvatore Cascio).
Carpe Diem.
Sergio.
P. D. Atentos a la plaza del pueblo durante el desarrollo de la historia y al final de la misma. ¡Qué tristeza!.